Hemos podido leer los primeros guiones que J. Michael Straczynski escribió para la adaptación cinematográfica de Guerra Mundial Z y que acabarían siendo descartados, y en pocas palabras, qué maravilla del arte de la guionización y de la adaptación, y qué lástima que nunca llegaran a filmarse. Este artículo se centra principalmente en el segundo borrador del guión.
Guerra Mundial Z (World War Z) es en su formato original una novela que narra de forma coral un apocalipsis zombi que asola la humanidad; está escrita por Max Brooks y fue publicada en 2006 con gran éxito de ventas y crítica. La novela simula un informe que un relator de Naciones Unidas (el mismo Max Brooks as himself en el mundo postapocalíptico) está elaborando sobre el inicio, desarrollo y resolución del conflicto mundial contra los zombis, y nos presenta las entrevistas que el relator realiza a unas 40 personas repartidas por todo el planeta.
Este formato permite autor presentar la historia como un enorme mosaico, un brillante artilugio narrativo en base a las entrevistas a esas decenas de personajes, que pueden ser desde el más humilde ciudadano a líderes y estadistas, civiles, militares, médicos, contrabandistas, empresarios, delincuentes, jóvenes, ancianos… y que abarca todo el globo: Estados Unidos, India, China, Israel, Sudáfrica, Brasil, Canadá, Corea, Japón… Esa suma de narraciones de personajes totalmente dispares permite explicar una historia de envergadura mundial a base de detalles de aquí y de allá. Max Brooks maneja este formato muy bien, y forja una narrativa que logra enganchar incluso a aquel lector sin especial interés por la temática zombi (como era el caso de quien escribe estas líneas).
Pero como ya habrán notado, dicho formato presenta una enorme dificultad a la hora de adaptarlo al medio cinematográfico. A primera vista se antoja como algo irrealizable, y por esto no sorprende que la película de Guerra Mundial Z estrenada en 2013 no tuviera prácticamente nada que ver con la obra en la que se basa, más allá de algunas ideas y unas pocas líneas de guión.

No es una mala película, en absoluto. Un blockbuster veraniego de zombis, con acción trepidante y tensión continua, abundante en escenas con cientos y miles de muertos vivientes (bueno, un purista podría argumentar que serían “infectados”) arrasando con todo. Tuvo enormes dificultades de producción, hubo que reescribir y volver a filmar el tercer acto enterito, y aun así la salvaron y salió una película entretenida y que mantiene el interés del espectador. Tuvo una buena taquilla y una crítica favorable, y se consideró un éxito comercial. Pero a la hora de la verdad, no es una película memorable. Y decir que adapta la novela de Max Brooks no es más que un chiste sin gracia.
Pero no tendría porqué haber sido así. Quizás adaptar el material original fuera, a primera vista, una tarea imposible, pero un hombre asumió el reto. El año 2007, Joe Michael Straczynski (JMS para nosotros, guionista inconformista, storyteller excepcional, y uno de los santos patrones de este blog; quizás le recuerden por ser el creador de Babylon 5 y de Sense8) fue contratado para superar semejante reto. Algunos de los borradores que escribió y que acabarían siendo descartados terminaron filtrados en internet, con lo que están a nuestro alcance para leerlos.
Les rogamos que accedan al segundo borrador del guión que hay aquí y lo lean. Tómense su tiempo, dedíquenle un par de horas para leerlo sin prisas y con tranquilidad; fíjense en los diálogos, las descripciones de las escenas, y vean la película en su cabeza. Acompáñenlo de buena bebida si puede ser. Si no tienen ese tiempo, veamos los aspectos más destacables:
Straczynski consigue lo imposible: Quizás no se podía adaptar la novela tal cual, con 40 entrevistados y 57 entrevistas (sí, varios repiten), pero el guión de JMS resulta en lo más parecido que se podía hacer. Para empezar con lo más básico, crea un protagonista para que sea el hilo conductor de la trama, a la vez que mantiene el vínculo con la novela: se trata de Gerry, un investigador de las Naciones Unidas que recibe el encargo de preparar un informe internacional sobre el origen del conflicto, los errores cometidos, y posibles recomendaciones para evitar que se pueda repetir.
Hay un triple nivel de narración: Mientras la novela se centraba en explicar el conflicto mundial a base de fragmentos de historias individuales, aquí tenemos tres niveles narrativos que funcionan estupendamente para capturar la atención del espectador y gestionar la intriga y las expectativas:
- A nivel micro, se nos presenta la historia del protagonista, a base de flashbacks que nos cuentan de qué forma el protagonista y su familia, como ciudadanos de a pie, tuvieron que afrontar el derrumbe de la civilización y el apocalipsis zombi, y lo que se vieron obligados a hacer para sobrevivir.
- A nivel macro, se nos narra el conflicto mundial contra los zombis de la misma manera que en la novela: mediante entrevistas que dan lugar a flashbacks de muy distintos personajes, y que se van desarrollando a medida que el investigador de las Naciones Unidas cumple la tarea que le han encomendado.
- Y, en tercer lugar, para religarlo todo, la trama presente alrededor del protagonista deviene en un thriller político, ya que su investigación se acerca a desvelar decisiones tomadas por los gobernantes durante el conflicto que el poder no quiere que se hagan públicas.
Así, el guion pone los cimientos de la historia dedicando sus primeras 19 páginas (de 118) a contar las desventuras Gerry y su familia cuando la plaga zombi alcanza las grandes ciudades. Este inicio funciona construyendo una identificación del espectador con el protagonista (¡podría ser tu familia!), dándole relieve y generando empatía hacia él.
A partir de ese punto la historia salta a dos años después, cuando la guerra zombi ha sido ganada y el protagonista recibe el encargo de realizar el informe. Es entonces cuando se van intercalando las tres líneas narrativas: las entrevistas, los flashbacks personales del protagonista, y los problemas que se va encontrando cuando quiere desenterrar verdades incómodas para los gobernantes.
Tres líneas narrativas, tres ejes de conflicto, uno colectivo y dos individuales de distinto tipo, que JMS va hilando con buen oficio, para mantener el público identificado con el protagonista y enganchado a la historia. Como me ha hecho notar el Doctor Schadenfredo, le salió un guion de película de Christopher Nolan: una película de zombis que te hace sentir inteligente viéndola.
Reciclaje total: Aunque era imposible recoger en el guión la totalidad de entrevistas y narraciones de la novela, JMS aprovecha todo lo que puede del texto original. Por ejemplo, aunque en su guión sólo aparezcan unas pocas entrevistas, una de las narraciones del libro es reaprovechada para construir la historia de la familia del protagonista en los flashbacks.
Diferentes versiones: Hemos podido leer el segundo y tercer borrador del guión que JMS escribió. Entre ambos ya se aprecian diferencias en una línea muy clara: en el tercer borrador aparece Moira, una coprotagonista femenina ausente en el segundo, y se da más peso a la trama de thriller político, donde a la vez las pistas que se van desenterrando son más explícitas de cara al espectador. Se ve claramente que el tercer borrador intenta hacer la historia más accesible a un público más amplio, más “masticadita”. Aun así, habría seguido siendo una buena adaptación de algo imposible de adaptar.
¿Y por qué no se filmó? La historia es sabida y consultable: las propuestas de Straczynski no acabaron de convencer, y en 2009 la productora (Plan B Entertainment, propiedad de Brad Pitt) incorporó a otro guionista, Matthew Michael Carnahan, para que reescribiera el guión. Éste fue evolucionando, y el resultado final no tuvo nada que ver con los primeros borradores de JMS.
Siendo realistas, las propuestas de Straczynski habrían dado lugar a una película magistral, que habría roto moldes trascendiendo y combinando géneros como el de pelis de zombis y el thriller político. ¿El inconveniente? Que no habría sido un blockbuster palomitero y taquillero, y aquí el interés comercial por parte de las productoras se impuso. Tampoco les culpamos del todo, al fin y al cabo eso es un negocio y si invierten dinero esperan un buen retorno… Pero como nosotros nos podemos centrar únicamente en lo artístico, suspiraremos de nuevo y diremos “qué lástima”.
En conclusión: Straczynski demostró que aunque un material parezca inadaptable es posible crear una historia nueva a partir de ello que, aunque no pueda ser una traslación directa, recoja el espíritu, el estilo y la esencia de la obra original para hacer algo nuevo y estimulante. Cuando una adaptación de un apreciado libro les decepcione y tengan la tentación de pensar “bueno, quizás no había manera de hacerlo”, recuerden la Guerra Mundial Z de JMS. Se puede hacer.