Mundo Anillo tendrá serie de TV pero… ¿Cómo hacer una buena adaptación?

Parece que el clásico literario de ciencia ficción Mundo Anillo tendrá una adaptación en formato televisivo, de la mano de Amazon y su plataforma de contenidos. En septiembre de 2019 el guionista y productor Akiva Goldsman recibió el encargo de conducir una serie de televisión que ponga en pantalla la que posiblemente sea la obra más conocida del escritor Larry Niven, y se ha anunciado recientemente la incorporación del veterano director Alan Taylor para dirigir el episodio piloto.

El Mundo Anillo es tan desmesuradamente grande que no hay ninguna ilustración a escala que lo pueda mostrar correctamente en su magnitud.

Mundo Anillo está considerado como un «clásico básico» en cualquier biblioteca de ciencia ficción. Publicado por Larry Niven en 1970, narra el descubrimiento y exploración del epónimo Mundo Anillo, una estructura de dimensiones astronómicas construida con forma de anillo alrededor de una estrella. Con un diámetro de 300 millones de kilómetros y un anchura de 1,6 millones, paredes laterales de más de 1.000 kilómetros de altura para poder contener el aire en su interior, gravedad generada por rotación, y pertinentemente terraformado para albergar una atmósfera respirable, mares, montañas, y biomas diversos, el Mundo Anillo posee una superficie habitable (y habitada) equivalente a 3 millones de veces la del planeta Tierra.

De hecho, el Mundo Anillo es el ejemplo clásico de lo que en ciencia ficción se denomina el «Big Dumb Object», un artefacto misterioso, a menudo de origen extraterrestre o desconocido, que genera intriga y sentido de la maravilla por su mera existencia (aunque el término con el que se le describe es claramente irónico), y cuyas historias acostumbran a girar en torno al impacto generado por el descubrimiento de su existencia y la exploración de los misterios que encierra.

Mundo Anillo se incardina en el universo ficticio en el que bajo la denominación de «Espacio Conocido» se ubica buena parte de la obra de Larry Niven en forma de novelas y relatos centrados en una pequeña región de la Vía Láctea donde se hallan la Tierra y varias colonias de esta, así como diversos planetas y razas alienígenas, como los felinos kzinti o los herbívoros bicéfalos conocidos como titerotes, entre otros. La novela original de 1970 sería seguida por tres secuelas que entrelazaron todavía más la historia del Mundo Anillo con la del resto del Espacio Conocido: Los Ingenieros de Mundo Anillo (1980), El Trono de Mundo Anillo (1996) e Hijos de Mundo Anillo (2004).

Y aunque Akiva Goldsman no nos ha llamado para que le ayudemos a adaptar la novela a un formato televisivo exitoso (él se lo pierde, y la audiencia aún más), asumimos igualmente el reto y nos planteamos la pregunta: ¿cómo lo haríamos?

El camino a la respuesta nos lleva primero a valorar cuáles son los puntos fuertes y débiles de Mundo Anillo y sus obras aledañas. Si nos vamos al recuerdo, de Mundo Anillo nos queda la sensación de que, cuando lo leímos en nuestra adolescencia o postadolescencia, lo disfrutamos bastante, pero una relectura actual probablemente se nos haría algo insulsa. ¿Qué motivos hay para eso?

La principal baza de Mundo Anillo es el sentido de la maravilla, esa sensación de asombro que nos invade cuando leyendo un libro, viendo una película, etc., se nos presenta una idea o un concepto que captura nuestra atención, algo nuevo e interesante con el equilibrio justo entre información revelada y misterio por descubrir, y narrado con la técnica necesaria para que queramos seguir tirando del hilo. En 1970 Larry Niven puso encima de la mesa un concepto novedoso, esa megaestructura/hábitat gigantesco, y desarrolló su novela como vehículo de exploración de los detalles que conllevaba la existencia y el funcionamiento de esa idea llamada Mundo Anillo.

En cuanto a los otros ingredientes, la trama es bastante básica, centrándose en la exploración y siendo el principal conflicto afrontado por los personajes la búsqueda de una forma de salir del Mundo Anillo después de que una serie de percances haya dejado varada su nave. La prosa de Larry Niven no es especialmente destacable, pero a la vez su narración es ligera y fácil de leer. Visto en perspectiva, y pensando especialmente en la adaptación televisiva, puede que los personajes sean el elemento más flojo en la novela original, dado que son por lo general bastante planos.

El protagonista, Luis Wu, tiene pocos rasgos de personalidad destacables, y más bien está escrito como el vehículo a través del cual el lector ve y descubre el universo que le presenta el autor. El otro personaje humano, Teela Brown, no aporta literalmente nada a la expedición excepto ser un amuleto de la suerte con una personalidad totalmente despreocupada (lo de la suerte es explícito, los promotores de la expedición consideran la suerte como un poder psíquico y dado que Teela Brown parece tener mucha, por eso la fichan; eso que ven ahí roto es la suspensión de la incredulidad). Quizás los alienígenas tengan un poco más de gracia: Interlocutor-de-animales, de la raza kzinti, es un corpulento felino antropomorfo que se ajustaría al estereotipo de miembro de una «raza guerrera», de personalidad fuerte y agresiva. Y el más alienígena de todos, Nessus, de los titerotes, un ser de tres patas, dos cabezas, y una joroba, podría dar algo de juego dada su personalidad simultáneamente manipuladora y depresiva. Se les incorpora posteriormente Prill, una prostituta humanoide nativa del Mundo Anillo, enormemente talentosa en su oficio en virtud de sus más de mil años de edad y experiencia.

Otro elemento a considerar sería en qué medida el resto de la obra de Larry Niven debería tenerse en cuenta para la adaptación. Las citadas secuelas de Mundo Anillo fueron escritas por el autor para resolver algunos agujeros de guión e incongruencias creadas en la obra u obras anteriores, modificando hechos establecidos en los libros anteriores (a veces mediante el recurso de «nos equivocamos al interpretar tal cosa» o «tal personaje mintió»), y adaptarlas con demasiada fidelidad no funcionaría demasiado bien si, por ejemplo, la primera temporada de la serie fuera una adaptación del primer libro y se le quisiera dar continuación adaptando los siguientes libros «tal cual». Así mismo, también convendría decidir si se tiene en cuenta el resto del «Espacio Conocido» como proveedor de trasfondo, especialmente en lo relativo a la raza de los pak, que cobra gran importancia en las secuelas de Mundo Anillo.

Dicho todo esto, para adaptar Mundo Anillo en formato televisivo de forma exitosa, a Akiva Goldsman le daríamos los siguientes consejos:

  1. Asumimos que esta serie adaptaría Mundo Anillo, la primera novela, en una temporada de 10 o 12 capítulos, con posibilidad de continuar si la cosa funciona.
  2. Antes que nada, habría que establecer un trasfondo del Mundo Anillo coherente, ya que el original no lo es, puesto que cada novela modifica cosas establecidas en la anterior. La forma de hacerlo sería tener en cuenta desde el primer minuto lo más aprovechable del conjunto de novelas en cuanto al origen, el contenido y el funcionamiento del Mundo Anillo, no sólo lo que se dice de ello en el primer libro, y aún así haría falta añadir elementos de cosecha propia.
  3. El punto fuerte de la novela original es el sentido de la maravilla derivado de la exploración y el descubrimiento de los misterios del Mundo Anillo. Y este debe ser uno de los elementos centrales de la serie, algo que se puede hacer con una gestión bien equilibrada de descubrimientos e intriga. Nos viene a la cabeza la encarnación moderna de Perdidos en el Espacio que es capaz de generar ese sentido de la maravilla con episodios con premisas tan sencillas como «los Robinson se van a navegar»,
  4. Si en la novela original el principal conflicto en Mundo Anillo consiste en cómo lograr salir de él, en formato televisivo esto quedaría algo corto. Habría que añadir algún antagonista destacable, quizás tomando algunas ideas de personajes de las novelas posteriores y desarrollando la trama a partir de aquí.
  5. Hay que replantearse los personajes. Si se mantienen los dos protagonistas humanos, hace falta darles algo de profundidad, personalidad, y en general rasgos que permitan al espectador establecer empatía e interés hacia ellos. Un ejemplo a tener en cuenta sería la forma como en The Expanse se presenta al personaje de Klaes Ashford, tomando a un antagonista menor de las novelas, y dándole más importancia, matices y desarrollo.
  6. Todo lo referido a «la suerte de Teela Brown», su presunta buena fortuna innata, se obvia, y punto. Si se mantiene el personaje hará falta otro motivo para su presencia, pero eso es bastante más fácil de inventar que una explicación verosímil sobre una persona que «lleva la suerte en los genes».
  7. El libro tiene una carga sexista importante a reconducir: los dos personajes femeninos (Teela y Prill) tienen como principal función ser amantes del protagonista, siendo una de ellas además prostituta, y si se incorpora contenido de las secuelas el concepto de las relaciones sexuales entre diferentes especies como acto para formalizar acuerdos como quien se da la mano («rishathra») es algo que no ha envejecido bien y necesita ser replanteado.
Mundo Anillo tuvo una aventura gráfica para PC. Era muy mala, pero había «rishathra»
  1. Estaría bien añadir algún tipo de conflicto externo, ya sea desde el principio de la serie, o limitándose a introducirlo en los últimos episodios para desarrollarlo en una segunda temporada. Tomando elementos de las novelas posteriores, serían buenos candidatos las manipulaciones y conspiraciones de la raza titerote, así como el potencial conflicto entre las especies inteligentes del Espacio Conocido por apoderarse del Mundo Anillo y aprovecharse de sus secretos.
  2. El origen del Mundo Anillo es un elemento importante sobre el que convendría no ahondar en esta primera temporada y dejarlo como un misterio a desarrollar y explorar en la segunda, posiblemente incorporando en paralelo elementos de otra novela de Larry Niven, Protector.

Con estas recomendaciones, deseamos la mejor de las suertes (pero no la de Teela Brown) tanto a Akiva Goldsman como a Alan Taylor en su adaptación de Mundo Anillo, que esperamos ver próximamente en nuestras pantallas.

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